martes, 20 de marzo de 2018

XXVII RUTA DE SENDERISMO – 18/03/2018 EL CASTRO DE LAS LABRADAS - ARRABALDE (ZAMORA)



La más cercana y …vaya día esplendido.
Cuando comenzamos a preparar la vigésimo séptima ruta, la verdad es que nos condiciono algo el tiempo. Daba frio, lluvia, nieve y viento, lo cual nos hizo pensar en una ruta cercana para, en caso de ponerse la cosa fea, tener opciones de regresar pronto o cambiar en el último momento de planes, pero ¡¡¡menudo día tuvimos!!!.
Tras arrancar a las 9:30 del lugar habitual, la expedición de 52 senderistas llego a Arrabalde donde amablemente uno de los bares del pueblo nos tenía ya preparado un café calentito que hizo elevar las ganas de empezar a caminar, lo que hicimos a las 11:00 de la mañana, cuando aun el fresco se notaba en la cara pero, con esas ganas con que siempre están los senderistas por caminar, ni se notaba.
La primera parada, después de la foto de grupo junto a la Iglesia del Pueblo (algunos tocaron hasta las campanas…pobres vecinos, debieron creer que había fuego) nos encaminamos a ver el Dolmen, un monumento funerario del Neolítico, con corredor, al que llaman Casetón o Casa de los Moros, y que servía para enterrar a los muertos.
Muy deteriorado por el paso de los siglos y por las labores agrícolas, sirvió para otra foto de grupo y para requerir las oportunas explicaciones de lo que significaba.
Es curioso, a tan pocos kilómetros y el total desconocimiento que tenemos de ello y de otras cosas maravillosas.
Desde allí, se inicia la ascensión, ligera, y de un par de kilómetros hacia el Castro de “las Labradas”, uno de los yacimientos arqueológicos más extensos de la provincia de Zamora, 23 Hectáreas, ubicado sobre las crestas de la Sierra de Carpurias, dominante de un valle espectacularmente bello, donde el rio Eria es el dueño del mismo y el Valle de Vidriales complementa la belleza del lugar.
El emplazamiento Astur, con sus múltiples curiosidades, (el patio de juegos, la casa del jefe, la cara del guerrero, la puerta de la traición, el pozo de los animales...etc, fueron voluntariamente explicados por la vigilante del puesto, Rosa, que amablemente se brindó a hacerlo para eliminar el interés de los senderistas que, en su mayoría escuchaban atentamente a la improvisada guía. Otros, los menos, prefirieron hacerlo por libre y se perdieron las magníficas explicaciones de la amable mujer. Gracias a ella por su interés.
Este castro, lugar evidentemente defensivo, muestra cantidad de particularidades de la edad de hierro (siglo I antes de Cristo) y así lo comprobaron los senderistas que recibían información con gran interés, y es que el lugar merece la pena ser visitado con mucha tranquilidad y fijarse en los miles de detalles que acumula.
Asimismo, la vista del Valle del Eria, ¡¡¡espectacular!!! Invitaba a permanecer en el lugar y sentarse a comer, cosas que hicieron los senderistas, aprovechando una mañana esplendorosa de sol, que hacia aún más agradable la estancia en el Castro.
Asique, ya en grupos o en parejas o…los más meditabundos, en soledad, aprovecharon sus bocadillos y demás alimentos para comerlos en un ambiente extraordinario.
Después de dar cuenta y aligerar las mochilas del peso de los alimentos, hora de regresar poco a poco de nuevo hacia el pueblo, aunque a alguno le pesaba ahora más la mochila que cuando subió, es lo que tiene llevar alguna “piedra” en vez de pan en su mochila, (Los hay muy “simpáticos”).
Y es que las bromas se seguían una tras otra y así tan pronto aparecía una zapatilla volando, como desaparecía una mochila o….en fin…pelillos a la mar.
Hasta hubo alguna que otra apuesta sobre un “por ese agujero no entras” que fue rápidamente aceptada y conseguida…con la siguiente foto de prueba y sus pequeños testigos. (¡!!!!!Ay ….hombres y mujeres de poca fe¡¡¡).
La llegada al pueblo, con otro sin fin de bromas, significo el consiguiente café y el reparto de los regalos correspondientes al año pasado y que algunos aún no habían recibido (calendario y revista del Club), lo que fue gratamente aceptado, sobre todo la revista, algo novedoso en el club y que
en la sección de Senderismo, a la cual ser refiere la misma, ha sido acogida con gran satisfacción.
Tras el toque de nuevo de campanas en la Iglesia para avisar de nuestra marcha (A algunos les hicimos madrugar y les fastidiamos la siesta), iniciamos la vuelta para casa, después de una agradable e instructiva excursión, que deja a los organizadores la tarea de empezar a preparar la próxima porque, esta gente es “insaciable” y ya la reclaman.
Solo queda dar las gracias a todos los que habéis colaborado en la confección de la 1ª revista de Senderismo del Club y esperamos que la segunda os sea tan gratificante como esta primera, la cual ha sido tan bien recibida.

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